El Athletic Club y la corrección política
En este país nuestro, tan progre, la libertad de expresión acaba cuando se ofende, justamente, a los progres.
En este país nuestro, tan progre, la libertad de expresión acaba cuando se ofende, justamente, a los progres.
La Revolución es el proceso de socavamiento, desplazamiento y destrucción de la civilización cristiana con el objetivo último no sólo de apartar al hombre de Dios, sino de sustituirle.
La memoria de los progres no es muy histórica pero es bastante selectiva.
La explicación de las causas reales y profundas de los graves incidentes de EE. UU.
La Unió Europea, en general, i la Colau, en particular, han criminalitzat l’ús de vehicles de combustió. Ara, Nissan tanca les fàbriques de Catalunya. Enhorabona, campions, sou uns genis!
Como en la película ‘Lo que el viento se llevó’: No volveré a pasar hambre. Ni a comer tan mal, oigan. Veganos nunca más.
Ahí las tienen: niñas que no han salido aún del cascarón, treintañeras, cuarentonas, mujeres hechas y derechas (o no) que han descubierto, de repente, que el heteropatriarcado las oprime y que todos los hombres son unos cabrones y unos violadores en potencia, como si hubieran brotado del suelo y no tuvieran padre, como si no hubiera hombres decentes, buenos y trabajadores.
L’esquerra ni és tolerant, ni és respectuosa ni defensa la llibertat, ans al contrari, l’esquerra sempre ha representat l’odi, la mentida, la hipocresia i la tirania, adornada potser amb boniques paraules.
Lo peor de todo es la hipocresía de los nuevos inquisidores, que defienden la libertad de expresión según les convenga a ellos, poniendo a los pies de los caballos a un político que metió la pata en una conversación privada (conviene remarcarlo: PRIVADA) mientras apoyan a simpatizantes de asesinos, la blasfemia o el ultraje a los símbolos de España.
L’escut, és clar, com que té molts anys (data del segle XIII), no és el que diríem avui dia políticament correcte. No surt la Constitució, ni la bandera gay, ni el símbol feminista, ni l’okupa… un despropòsit. Ans al contrari: surten un senyors religiosos, un altre senyor amb una espasa, una corona… uns intolerants! I és clar, els senyors d’esquerra de l’ajuntament (comunistes, o sigui, no l’esquerra descafeïnada del PSOE) s’han emprenyat perquè això és, atenció, «masclista i antidemocràtic, i no compleix amb el respecte a altres confessions religioses». De veritat, en aquest país no hi cap un babau més.